Este tipo de injerto frontal se puede realizar con éxito desde comienzos de verano hasta comienzos otoño en árboles de hoja perenne; dependiendo del periodo de la exposición temporal en la que se incluyan paisajes fluviales.
En primer lugar, se da un paseo por un parque y se recoge un grupo de pequeñas ramas del que se seleccionarán los tamaños más apropiados.
En segundo lugar, se cortan las ramas seleccionadas en trozos y, con cuidado, se colocan en la superficie del paisaje respetando la composición del río y sus riberas (elementos que pueden ser definidos como la manifestación de un ecosistema o de un hábitat fluvial que es diferenciable de su entorno por sus características geográficas, bióticas y abióticas).
Por último, el ecosistema fluvial percibido puede asimilarse al paisaje fluvial, siempre que en este queden integrados los siguientes ambientes: el cauce, el agua, las riberas, las llanuras de inundación y los cauces abandonados.